FJ's blog

 

Bueno, acabo de actualizar el Space de San Amador, de dar una vuelta por el Tuenti de la Parroquia, y aunque yo sé que mi space personal no es visitado con frecuencia, aquí si que puedo expresarme libremente, sin pensar en buscar las palabras más políticamente correctas.

Ahora mismo, tengo las lágrimas saltadas, pues estoy escuchando la música de fondo del space, y no consigo quitarme por un momento de la cabeza que ya no le volveré a ver más, Padre.

No es que tuviésemos una fuerte amistad, ni una relación de muchos años, ni siquiera fué profesor mío, pero en tan sólo 8 meses, ¿qué digo?, unas horas, consiguió hacerse un hueco en mi corazón. Muchas veces me sorprendía la tranquilidad con la que usted se tomabas las cosas, y pensaba para mi: ¿Cómo puede este hombre tomarse las cosas tan tranquilo?, y poco a poco comprendí, lo que hoy recordé en la misa en el colegio con las palabras de Juanjo: “Albert a muerto acorde con su vida; humildemente, sin dar ruido, y con tranquilidad, despacito”, así era como te gustaba estar, te gustaba pasar desapercibido.

Nunca olvidaré los consejos que me daba cuando iba a contarle los problemas que se me presentaba: “Tranquilo Francisco, ten calma”.

Tampoco olvidaré esas “mini vacaciones” en Chipiona a la que me invitó a ir, llevando a cargo del coro de la parroquia tan sólo un par de meses. La verdad es que consiguió ganarme Padre, se ganó mi cariño, mi respeto y mi admiración.

Tampoco podré olvidar cómo jugaba con los chiquillos del coro, como se agarraban a sus manos, y comenzaban a saltar, ni con la ilusión que fue a las 4as convivencias del Coro que hicimos en mi Campo. ¡Cómo disfrutó! A pesar de estar cansado, después de una mañana de trabajo, quiso acompañarnos y estar un rato con nosotros.

También del pasacalles Sembradores de Estrellas, como con los niños y niñas del coro iba repartiendo alegría y felicidad estas navidades, y de cuando íbamos a hacer fotocopias en el colegio, y me metía por esos pasillos, y me decía: Tira tu delante. -¡Pero Padre, que yo no sé andar por aquí, que me pierdo! Pase usted primero. Y me decía- ¡Agg! ¡Si sólo hay un abujerooo!

¿Qué me dice de la cena en el chino? ¿Y de la Misa de Manu? Se notaba en su cara que estaba muy feliz de que el coro de su parroquia colaborase con el Colegio.

En fin Padre, un montón de buenos recuerdos, pero a la vez mucha tristeza, ya que aunque estoy convencido de que ya está en el cielo, junto con San Francisco, San Amador y la Beata Francisca de la Encarnación disfrutando y mirando el rostro de Jesús, a la vez siento mucha pena, porque se nos va una gran persona, un gran franciscano y por qué no decirlo, uno de los mejores párrocos que he conocido.

Son muchos los proyectos que tenía en mente, también muchas ilusiones, y yo, intentaré junto con Antonio, Luís, Raúl y sus hermanos franciscanos, que en la medida de lo posible, se realicen lo más parecido a lo que usted tenía en mente.

Ya me puedo ir tranquilo a la cama Padre.